La velocidad de eritrosedimentación (VES) es una prueba de laboratorio frecuentemente utilizada en la práctica clínica como indicador de reactante de fase aguda. La respuesta de fase aguda es un importante fenómeno fisiopatológico en el que se reemplazan los mecanismos homeostáticos normales. Las proteínas de fase aguda son un grupo heterogéneo de proteínas que acompañan a los estados inflamatorios, tanto agudos como crónicos y cuya concentración plasmática suele aumentar en respuesta a esos estados
La velocidad de eritrosedimentación (VES) constituye la velocidad con la que sedimentan los hematíes o glóbulos rojos de la sangre anticoagulada en un periodo, y su aceleración se asocia a problemas infecciosos, inflamatorios o neoplasias, mientras que su retraso se relaciona a policitemias, alteraciones congénitas eritrocitarias e insuficiencia cardiaca.
Se ha evaluado la velocidad de sedimentación como una prueba de tamizaje junto con el hemograma completo para infecciones en situaciones clínicas concretas como infecciones asociadas con prótesis ortopédicas, infecciones bacterianas en pediatría después de las primeras 48 horas de iniciada la sintomatología o la gravedad de la enfermedad inflamatoria pélvica en ginecología.
La velocidad de eritrosedimentación también puede ayudar en la diferenciación del déficit de hierro en las anemias de las enfermedades crónicas, como la artritis reumatoide, caracterizadas por una cifra de reticulocitos baja. En estos casos nos apoyaremos en la capacidad de saturación de la transferrina y en la ferritina, sin olvidar que ésta es un reactante de fase aguda y nos puede distorsionar los resultados
En conclusión, la VES puede encontrarse elevada en un gran número de situaciones clínicas por lo que debemos de ser muy cautos a la hora ponderar este dato de laboratorio aisladamente y se recomienda que se complemente con otras pruebas incluidas el hemograma completo. En bastantes situaciones, la realización de una exhaustiva historia clínica y examen físico junto a una serie de exploraciones complementarias básicas nos suelen recompensar con un diagnóstico. La mayoría de las elevaciones aisladas e inexplicables de la VES en pacientes asintomáticos no suelen asociarse con ningún proceso subyacente específico, por ello, y en ausencia de otros resultados clínicos, nuestra actitud debe consistir en la monitorización periódica del paciente y de la VES antes que enfrascarnos en costosas exploraciones complementarias o procedimientos diagnósticos invasivos.
Referencias Bibliográficas
- Acosta-García, E. Peñate, E. Sánchez, A. Uban, B. & Colina, W. (2018). Determinación de la velocidad de sedimentación globular: micrométodo versus Wintrobe en niños y adolescentes. Revista Mexicana de Patología Clínica y Medicina de Laboratorio, 65(1), 39-44.
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- Romero, M. (2002). Utilidad diagnóstica de la velocidad de sedimentación globular. Medicina Integral, 39(7), 325-329.